
Una nueva amiga, nuevas aventuras
Ha pasado ya un mes desde que Aleja partió para siempre, viajar en bus se convirtió una pesadilla, llegaba tarde a todos lados y lo mas difícil era el regreso de la universidad a casa a la que llegaba casi a la media noche.
Para asistir al club lo hacia en bus o le pedía la moto prestada a mi hermana, creo que este mes sin moto fue mas largo y mas duro que todo el tiempo que estuve sin moto por cuenta de los daños o los accidentes; en el transcurso de este tiempo uno de los miembros del club me ayudó con un descuento para la compra de una moto y junto con una solicitud de crédito me di a la tarea de buscar una nueva compañera de rutas.
Llegué al almacén y entre las opciones que se mejor se acomodaban a mi presupuesto me decidí por la Discover 150 en su modelo ST, ya que el modelo F (carenado) aun no estaba disponible, el color a elegir fue el blanco porque este simboliza libertad y precisamente esto era lo que tenia en mente cuando decidí que era momento de cambiar de moto, un vehículo que ademas de ir del punto A al punto B pudiera ir por los demás puntos del Alfabeto sin que ninguna carretera fuera obstáculo y que cualquier destino fuera alcanzable, una moto que me alimentara más esta pasión de devorar carreteras, con grandes amigos o en solitario, la moto que me inspiró a recorrer gran parte de mi país…
Después de realizar todo el tramite de la compra y la espera para que me la entregaran se llegó el día en que nuevamente estaría a bordo de 2 ruedas, ese día la ansiedad no me dejo concentrarme en el trabajo y hacer todo lo posible para salir a tiempo y poder conocer a la que seria mi nueva compañera de aventuras. Salí del trabajo y tome un taxi rumbo al almacén, el vendedor me dijo que debía esperar porque el mecánico estaba haciendo los últimos ajustes, ademas de llenar una papelería para entrega tuve que esperar unos 20 minutos que fueron eternos, luego me llevaron a un lugar con apariencia de podio de carreras y allí estaba mi nueva moto, estaba a punto de llorar de la felicidad, pero me contuve, el vendedor me dió las mismas recomendaciones como cuando compré a Aleja, un bono por gasolina y me ayudo a llevarla a la calle, me subí, puse la llave, me puse el casco, gire la llave, presione el botón de encendido y bruuuum ese sonido fue música para mis oídos.
conduje la moto alrededor de un kilómetro y aproveche para hacer efectivo el bono de gasolina, dejé el tanque Full y me fui directo para la reunión del club y presentarles con mucho orgullo mi nueva adquisición, llegue al punto de la reunión y fue tanta la emoción que al bajarme de la moto no le puse bien la pata y en el piso termino, mis amigos inmediatamente fueron a parar la moto mientras yo me quedé helado y sin reaccionar, afortunadamente solo tuvo un pequeño raspón en la defensa y no rompió nada, después del susto la presenté formalmente a mis amigos y planeamos la primera salida donde estrenaría Martina un nombre que refleja muy bien todas las expectativas de mi nueva moto.
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