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Una Madre Motera

Sí, esa Soy yo, orgullosa de ser madre y de compartir con mis hijos esta pasión de las motos, aunque debo admitirlo, en un principio me preocupé mucho por la integridad y vida de ellos; ahora me la disfruto y disfruto de sus rutas, aunque como madre la verdad uno nunca de preocuparse por los hijos, si ellos son lo que mas uno ama en la vida.

Aun recuerdo la primera ruta en moto que hice en compañía de mi hijo mayor cuando recién compró su primera moto y aun estaba empezando a descubrir todo este universo de viajar sobre 2 ruedas, recién se había metido a un club de la misma marca y andaba todo gomoso con ellos asistiendo a reuniones y un par de salidas a algunos pueblos cercanos y pues yo también quería experimentar y compartir junto a él esta nueva pasión que se convertiría en todo un estilo de vida para él y para mi.

Mi padre llevaba varios meses viviendo fuera de la ciudad con un hermano mio y la verdad me hacia falta verlo y visitarlo, pero me di cuenta que el estaba internado en una finca a un par de horas de la cabecera municipal, aun así lo quería ver, lo quería abrazar y compartir un rato con él y por su puesto mi hijo y el resto de mi familia.

Era un 20 de julio día de fiesta Nacional el día que fue mi primera experiencia viajando, fue un corto viaje de no mas de 200 km con destino a Puerto Berrio Antioquia pero que fue el inicio de toda una gran aventura, tardamos casi lo mismo que tardaba el bus, aun iba incomoda por no estar acostumbrada a viajar en moto y mas fue al regreso, por el cansancio y porque llegamos casi a media noche a casa luego de que por primera vez mi hijo se viera obligado a conducir de noche, algo que no le ha gustado pero viéndonos obligados a regresar tocó hacerlo.

hay otras rutas que me gozado en su compañía, como aquella vez que fuimos a visitar al padre Marianito en Angostura, fue la primera vez que toco viajar en destapado la cual me da muy mal para la espalda, pero también fue una ruta de un gran susto cuando mi hijo entendió una señal mal y adelanto un bus y vimos el otro de frente y por escasos segundos nos salvamos de impactar contra este, menos mal Dios y sus ángeles siempre nos acompañan y siempre pido que podamos ir y regresar sanos y salvos, sea que él viaje solo, con sus amigos o conmigo siempre pido que lo protejan y lo cuiden bastante.

Hay rutas bonitas como aquella que me hice por el sur oeste antioqueño donde visitamos una gran cantidad de pueblos en un solo día, o rutas que mezclan la emoción de la aventura, estar perdidos, pasar por medio de una trocha por donde casi nadie pasa pero de disfrutar bellos paisajes y también de estar un día antes de la tragedia que paso en Jericó donde medio pueblo se vio afectado por un deslizamiento de tierra, o la de aquella vez que nos caímos en moto yendo para Puerto Berrio con intensiones de llegar a los Santanderes donde estuve toda una tarde el hospital y que a pesar de rodar varios metros por el pavimento estaba mas preocupada por mi hijo que por mi propia salud, que al final llegamos a Puerto Berrio y luego puede conocer con él Barrancabermeja, la refinería los campos petroleros y un montón de paisajes del magdalena medio, a pesar de estar adolorida y mallugada no le quise dañar el paseo a mi hijo y recorrimos todos los puertos del magdalena Antioqueño.

También he sufrido de ver a mi hijo vuelto nada por sus accidentes y caídas donde afortunadamente no ha sido mayores y de mas gravedad, que sufrí un montón cuando mi segundo hijo y su novia fueron impactados por un carro y estuve varios días al pendiente y cuidado de él, también cuando mi niña mi única hija también sufrió un accidente en moto y tuve que ir a acompañarla en el hospital, son riesgos que se corren en este estilo de vida pero como madre me preocupan mucho pues el amor de madre es tal que uno no quisiera que nada le pase a sus hijos, estén siempre sanos y salvos queriendo siempre que estén bien. Eso me recuerda la primera ruta larga y en solitario de mi hijo cuando en compañía de un amigo y mi hijo menor se fueron en un diciembre para Manizales y subiendo al nevado se cayeron en una curva, me quería meter por ese teléfono y ayudarlos, darles todo el cariño de mamá afortunadamente fue mas el susto y un par de raspones.

Pero no todo han sido caídas y sustos, me gustó mucho la ruta por el eje cafetero, cuando pasamos la noche en una finca cafetera y conocí a la Felina y a la Cruzada, 2 mujeres moteras de mi edad que me decían que dejara todo y me fuera a recorrer el mundo con ellas, pero el amor a mis hijos es tal que no soy capaz de hacerlo y dejarlos así ya estén grandes para mi siempre serán mis bebes que amo con toda mi alma y corazón. en fin en esa ruta pude ver como quedo Armenia bellamente reconstruida después del terremoto del 99, ya que la vez que estuve allí fue a buscar a mi hermano entre las ruinas de la ciudad, ahora es una metrópolis bella y moderna, pero también conocí Pereira, el túnel de la linea el hasta ahora mas largo de América, Salento, Filandia y el valle del Cocora, degusté de las delicias del café que tanto amo .

Recuerdo también esa ruta al desierto de la Tatacoa la ruta en la que mas horas estuve a bordo de una moto, 18 en total la espalda me quería matar y mas que mi hijo reventó en un hueco el mono amortiguador y cada que se tragaba un hueco era verdadera tortura para mi al punto de tener un shock nervioso porque no me aguantaba el dolor y el cansancio, también fue la primera vez que acampé, y aunque había metido a mi hijo a los scouts desde pequeño, nunca había vivido esa experiencia, ademas de ver el desierto de colores y ver un millón de estrellas en el firmamento tuve la oportunidad de montar en un ferri sobre el rio Magdalena, esa ruta fue genial.

y Claro como iba a dejar por fuera la ruta a Ecuador donde por primera vez en mi vida y gracias a las motos pude salir por primera vez del país, hasta ahora ha sido la mejor ruta y de mas días, 9 en total recorriendo medio país a bordo de una motocicleta conociendo gente maravillosa como la que se conocen estas rutas, gente que sin esperar nada a cambio brinda toda esa hospitalidad y apoyo en cada ciudad que llega, y bueno conocer las Lajas en Nariño, la Laguna de la Cocha y la mitad del mundo en Quito, fue toda una gran experiencia para mi.

También he pasado momentos chéveres como las integraciones del club Discover donde estuve en un aniversario y he participado en un par de salidas en compañía de ellos, he conocido muchas personas y maravillosas y vivir mi propia historia motera

Como esa vez que mi hijo mayor no me pudo llevar a visitar a mi padre a Puerto Berrio y me fui con mi sobrino, me llevé mi casco, mis guantes, rodilleras e impermeable, en todos estos años ya aprendí a saber que llevo así siempre cargue de todo ya sé también que se debe llevar cuando se viaja en moto, a la ida todo fue muy bien, visité a mi padre y compartí en familia, pero al regreso el agua nos tomó por sorpresa, mi sobrino no llevaba impermeable así que le di el mio y bueno hasta ahí todo normal como en muchas otras rutas solo que cuando estábamos subiendo el alto de la quiebra un derrumbe cerró el paso y bueno solo había un pequeño espacio cerca al precipicio y mucho pantano de por medio, entre mi miedo y mis ganas de llegar temprano a casa me tocó ayudarle a mi sobrino pasar la moto, él estaba muy asustado ya que el es mucho mas joven que mis hijos y claramente no tienen mucha experiencia sobre las 2 ruedas con mi ayuda pudimos pasar aquel obstáculo, no veía la hora de contarle a mis hijos de aquella experiencia y que estuvieran muy orgullosa de mi. Finalmente digo con orgullo que soy una madre motera así no tenga moto pero siento la misma pasión y gusto que tienen mis hijos por las motos, de apoyarlos en sus proyectos como este blog o el canal de Youtube donde también he participado y soy feliz viendo sus videos. Espero que mi hijo me siga llevando a compartir de sus rutas y aventuras mientras tenga salud y vida. Porque así no tenga moto, yo también soy mamá motera.


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En camino de convertirme en motero, aventurero soñador y un poco loco, algo friki, curioso por naturaleza, amante de la lluvia, el viento y la carretera.

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