
Reto Punta Gallinas segunda parte
La pandemia ha arrasado el mundo entero y muchas cosas tal como las conocíamos han cambiado para siempre. Paulatinamente todo tiende a regresar a la normalidad pero en el fondo sabemos que no todo será igual, he realizado un par de rutas en moto al centro y sur del país; anímicamente no estaba en mi mejor momento. La verdad, creo que nunca había estado emocionalmente tan afectado y un solo mensaje en la comunidad motera se convirtió en una pequeña luz, en la oportunidad de resurgir y darle ese cambio que tanto estaba buscando en mi vida. un «reto» que estaba aguardando durante muchos años a ser conquistado y el momento así no lo quisiera era ahora.
Un grupo motero llamado trocheros del caribe lanzó el 5 reto a punta gallinas que tenia como fechas a realizarse los primeros días de enero, aun no estaba seguro de participar o no, así que le compartí la información a mi amigo Fabián y este dijo que aceptaba el reto. Yo, aun muy indeciso lo pensé un poco y unos cuantos días después me anime a entrar al grupo del evento y días mas tarde pague la inscripción al mismo, ya no había vuelta atrás.
Al igual que en la anterior convocatoria, habían algunos moteros locales que también estaban por conquistar el «reto«; esta vez no había ningún motero experimentado, no había alguno con experiencia previa, solo estaban 3 integrantes de un club y el resto eramos moteros independientes. Bastó sólo una reunión en la que definimos detalles básicos de la ruta y solo era esperar el día elegido para comenzar la que hasta ahora era mi mayor aventura sobre 2 ruedas.
Aquel Diciembre se me pasó volando, le hablaba a todos mis amigos y familiares de aquella aventura, no me la podía creer; mi familia entre el miedo y el asombro no daban fe de aquella locura pero estaban muy emocionados al saber que iba a pasar pues al final de cuentas siempre me salgo con la mía cuando de viajes en moto se trata, muy juicioso planee muy bien que llevar, como empacar que comer y estaba preparado para casi todo lo que pudiera pasar o eso creía…
Se llegó el año nuevo y el primer día del año, contrario a los demás años me fui a dormir temprano después de desearles el feliz año nuevo a mi familia claro está, le hice los últimos detalles a la moto, dejé todo mi equipaje y equipo de protección listo y solo me quedaba esperar a que se llegara ese día tan esperado, una mezcla de sentimientos me invadían así que poco pude descansar. En fin, descansar era lo que menos iba a poder hacer durante estos días de aventura.
Es de madrugada me dispongo a montar mi equipaje despedirme de mi familia y me encuentro con un maravilloso detalle que me ha llegado al alma y es que mi hermano me dejo un desayuno con una nota bastante especial, casi lloro de la emoción pero es momento de ponerme en contacto con los moteros que me acompañarían en este viaje, me dirijo al punto de encuentro con mas ansiedad de lo normal, mezcla de sentimientos se hace mas intensa y solo cesa cuando llevo el acelerador a fondo; pero algo pasa con la moto la siento rara no tiene es brío que la caracteriza, no le presto mayor atención pues aun tengo sueño y no amanece así que no es buena idea ir rápido a pesar de que la ciudad aun duerme y muchos aun siguen celebrando el año nuevo.

Llego al punto de encuentro, saludo a mi amigo Fabián y los moteros que nos acompañarían en esta ruta, pues algunos no los conocí en la reunión previa, un saludo muy breve, una foto tomada a la carrera medio hablamos de la ruta a tomar y al conocer buen aparte de ella me eligen como puntero, la verdad no estaba preparado para ello, hace rato no lideraba una ruta y mucho menos una tan larga y épica como la que nos esperaba, recordé mis viejos tiempos y al final acepte, programé la primera parada a desayunar la primera tanqueada y todos estuvieron de acuerdo así que nos montamos a nuestras motos encendimos motores y salimos rumbo a la aventura.

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