Relatos,  Rodadas

Reto Punta Gallinas primera parte

Creo que la meca del motociclismo en sur América se puede definir en 2 lugares, al sur tenemos a Ushuaia en Argentina considerado como el punto mas al sur del continente americano, el fin del mundo, el sueño de muchos de los que andamos en moto, pero también está su contraparte, al norte en este caso Colombia mi tierra estoy hablando de nada mas y nada menos de Punta Gallinas en la alta Guajira.

Llegar a cualquiera de estos 2 puntos es el sueño de muchos de los que andamos sobre 2 ruedas, son destinos que si o si algún día hay que conquistar. Es toda una gran hazaña que implica sortear retos tanto físicos como mentales y que para todo aquel que ame la aventura si o si debe conquistar ambos y en mi caso ya conquisté Punta Gallinas y así fue como lo logré.

Llegar a Punta Gallinas inicialmente parecía como algo lejano, recuerdo que de niño en mis clases de geografía veía fotos de aquel lugar y pensaba que se debía que tener mucho tiempo y presupuesto, además de una moto grande o almenos capaz de sortear la arena del desierto; en definitiva se veía como un sueño lejano y no en una meta que alcanzaría en uno o 2 años, igual no dejaba de estar en mis planes al igual que bajar algún día hasta el fin del mundo en Ushuaia.

Pero un día en uno de los chats moteros en los que estoy alguien publicó un evento sobre ir a Punta Gallinas un «reto» como le dicen normalmente a esta ruta. Inmediatamente me entró la curiosidad ya que en este grupo de viajeros la mayoría viajamos en motos de bajo cilindraje motos muy comunes en las que ademas de viajar algunos la usamos para ir a trabajar y sus recorridos diarios, así que sin dudarlo pedí mas información acerca del «reto» y a los pocos minutos ya me habían ingresado a otro chat donde daban toda la información.

Para alcanzar Punta Gallinas mas que dinero se necesita tiempo, partir desde el centro del país donde me encuentro puede tardar hasta 6 días para ir volver, aunque también en 4 días pero seria mas desgastante; yo me tomé 12 días y en este relato les iré contando porque fue tanto tiempo. El presupuesto depende básicamente que tantas comodidades quieres tener durante el viaje pero con pagar un guía, llevar agua, comida y una carpa es mas que suficiente para dar inicio a una aventura tan épica como es lograr el «reto» a Punta Gallinas.

El recorrido tenia como fecha semana santa del 2020, la idea era que todos los viajeros estuvieran el miércoles santo en Maicao el ciudad fronteriza con Venezuela y que seria como el campamento base antes de adentrarnos al desierto durante los 4 días restantes ya que la idea era de además de alcanzar el «reto» compartir entre moteros de varias partes del país y unos del extranjero que venían del Perú y de Ecuador; así que además de materializar el sueño la experiencia iría mucho mas allá de solo llegar al extremo mas al norte de sur América que ya de por si es un gran logro.

Durante unos 3 meses en el grupo fueron compartiendo diversos tips para afrontar tan semejante «reto» lo principal aparte de llevar buena comida y poco peso, consistía en que el desierto es de respeto y que la hermandad motera prima por encima de todo, si ves un motero en apuros no hay que dudar en ayudarlo porque el «reto» se cumple entre todos, y bueno creo que ayudar a otro motero es parte de un código no escrito entre nosotros que no se debe romper es mas creo que es un código de vida ayudar al que lo necesite.

También se realizaron un par de reuniones de moteros locales, algunos con bastante experiencia, algunos ya habían logrado el «reto» y buscaban llegar por segunda o tercera vez, habían otros ya con experiencia internacional y bueno ahí estaba yo con 7 años de experiencia y medio país recorrido en motocicleta pero que tenia mucho que aprender de aquellas personas. También estaba mi amigo Fabián que tenia algo de experiencia pero al igual que yo eramos un par de novatos dispuestos a aprender de todos ellos, dejando a un lado esa zona de confort de estar en un moto club y salir ahora a deborar caminos por nuestra propia cuenta.

Todo parecía estar listo para afrontar el «reto», mentalmente estaba un poco preparado pero con muchas dudas en el camino pero si estaba convencido de lograrlo mas en una moto pequeña y deportiva que es la menos adecuada para esa ruta pero al ver que muchos lograron llegar hasta allí en una automática o en una mopped, yo no tendría mayor problema en alcanzarlo.

Llega marzo del 2020 y una pandemia detiene el mundo en su totalidad, lo que parecía un sueño cercano se ve interrumpido indefinidamente y el «reto» ha sido cancelado o mas bien pospuesto hasta nueva fecha, ahora lo único que queda es esperar a que pase esta pandemia y lo mas importante sobrevivir a la misma.


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En camino de convertirme en motero, aventurero soñador y un poco loco, algo friki, curioso por naturaleza, amante de la lluvia, el viento y la carretera.

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