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Relatos sobre 2 ruedas

Cada viaje definitivamente tiene una historia para contar y aunque no todos mis viajes los plasmo en este blog ésta es una historia un poco diferente de las que usualmente suelo postear y que en estos 4 años que llevo en blog este se convierte en un relato fuera de serie.

Ésta aventura comienza con un viaje de trabajo a la ciudad de Cali tan solo 8 días después de verme con ella. El viaje fue demasiado tranquilo y esta vez tardamos menos tiempo que la vez pasada; al ser un viaje de trabajo y era poco lo que iba a estar recorriendo la ciudad decidí en su momento que no incluiría el viaje en mis relatos sobre 2 ruedas.

En Cali estuve al rededor de 20 días trabajando y la ruta era de la casa la trabajo y viceversa; salvo a un pequeño incidente donde un par de niños chocaron contra mi moto mientras esperaba un cambio de semáforo, y que había aprendido a moverme por buena parte de la ciudad sin necesidad de GPS no había nada nuevo que escribir.

Pero todos los viajes tienen una ida y un regreso y aunque normalmente escribo lo que sucede en la ida y lo que se hace en el destino, es poco lo que se relata al regreso, ésto es porque usualmente el regreso es por el mismo lugar por donde salí, aveces se viene tan cansado que son pocas la paradas que se realizan a parte de las rutinarias y la mayoría de veces uno solo quiere llegar a casa.

Regresando de Cali quisimos parar un momento en la Hacienda El Paraíso, habíamos trabajado tanto que nos merecíamos un poco de descanso y visitar un lugar turístico del Valle, así que cuando pasamos cerca a Palmira tomamos el desvío que nos llevara a tan hermoso lugar, pasamos también cerca al museo de la caña pero como estábamos cortos de tiempo dejamos esta visita para otro día.

En la Hacienda, disfrutamos de un delicioso y refrescante ‘cholao’ compramos la entrada a la hacienda que para esa época estaba como en uno 6000 pesos. sacamos algunas fotos de la entrada y comenzamos el recorrido.

Para los que no saben, la Hacienda el Paraíso fue hogar del escritor Jorge Isaac autor la reconocida novela La Maria y cuya historia se dice que transcurre en este mismo lugar, para el que tampoco la conozca espero que busquen el libro o vean la película. Nosotros nos hicimos cerca a un grupo de turistas que estaban en un tour guiado y aprendimos mucho de la historia del lugar, al igual que la historia de nuestro país luego de la salida de los Españoles.

Lamentablemente el tiempo era corto así que decidimos abandonar el recorrido, no sin antes terminar de apreciar tan hermosa casa por nuestra cuenta. Salimos rumbo al municipio de Ginebra para volver a tomar la Panamericana que nos llevaría de nuevo a casa. Ya en la ruta y como aun teníamos algo de tiempo realizamos una parada exprés en Buga famosa por su catedral y por el cristo milagroso de Buga. Aprovechamos que era temporada baja y entramos a preciar la catedral y como no el Cristo milagroso; sacamos un par de fotos y tomamos ruta de nuevo esta vez atacados por hambre.

llegamos entonces a Cartago donde almorzamos y descansamos un poco, íbamos con buen tiempo y esperábamos llegar a casa antes del anochecer pero antes de parar por el almuerzo la moto de mi amigo empezó a comportarse de una manera un poco rara pero aun permitía que nos pudiéramos mover a un buen ritmo. continuamos la ruta después del almuerzo y la motos por momentos molestaba pero en otros tramos seguía normal.

un poco mas allá del peaje de Cerrito ya en el departamento de Risaralda, la moto de mi amigo dejo de funcionar y no quiso prender mas, como pudimos llegamos a una estación de combustible donde miramos que podíamos hacer pero lamentablemente nada se pudo. Buscamos asistencia en el lugar y tampoco había quien nos prestara ayuda; buscamos información en linea de talleres cerca o mecánicos a domicilio, pero ninguno contestaba o parecía estar trabajando, era domingo casi las 3 de la tarde así que era poco probable encontrar algo de ayuda.

Se trato de dejar la moto guardada en un parqueadero cerca pero no guardaban motos, desesperados y sin saber que hacer, un servicio de grúa contestó y le informo a a mi amigo que tenia quien le reparara la moto pero ya el día lunes. Al poco tiempo llego la grúa y mi amigo se se debía ir con ella para dejar la moto y regresar a casa en transporte publico. como ya era tarde me dijo que lo mejor era que continuara solo para que la noche no me cogiera en carretera. Así que nos tocó separarnos y con la esperanza de volvernos a ver en Medellín cada uno tomo por su lado.

Al llegar a Dos quebradas me detuve a buscar un cajero ya que no tenia suficiente dinero para gasolina y comida, con tan mala suerte que los cajeros no funcionaron y terminaron bloqueando mi tarjeta. Revisé mi billetera y solo tenia 20.000 pesos lo cual me alcanzaría para comer algo y un galón de gasolina. era algo mas de las 4 y la idea era llegar a la pintada antes de que me alcanzara la noche pues no quería vivir la misma experiencia de la vez pasada que regresaba de Cali donde el agua nos tomo por sorpresa y los derrumbes nos hicieron pasar un mal rato.

Además ésta vez iba a regresar solo, afortunadamente ya me tenia un poco de confianza pero el miedo de que algo pasara aun seguía allí. Conduje lo mas prudente y con el mejor ritmo que pudiese llevar y en algo mas de una hora empezaron los temibles pare y siga y la carretera totalmente destruida producto de las ampliaciones que estaban realizando en la vía. Mis destrezas en el pavimento destapado habían mejorado a tal forma que el ritmo no se vio disminuido y aunque por el espejo vi un par de motociclistas que se cayeron al tratar de llevar mi ritmo, sorpresivamente logré pasarlos todos sin ningún problema.

Eran las 6 y 15 de la tarde cuando llegue a la pintada, recién había alcanzado a oscurecer por lo que me fue fácil llegar hasta allá; misión cumplida, al menos este tramo que era al mas le temía. Llame a mi familia a contarles lo sucedido, comí algo y con el resto del dinero cargue combustible esperando que me alcanzara hasta llegar a mi casa; llame a mi amigo y aun no salia de Pereira, por lo que ya nos veríamos al día siguiente.

Comencé el difícil ascenso a Santa Barbara para finalmente coronar el alto de minas y llegar por fin a casa, llegaron las curvas 2, 3 quizás solo 4 curvas y me llevo un susto del que no me había llevado en todo el día; justo en el ápice de la curva me encuentro un reguero de combustible y personal de la concesión vial cubriendo la vía con aserrín, la moto deslizó un poco pero afortunadamente la alcance a controlar y seguir así mi ascenso en medio de esas curvas y tan poca visibilidad. Mi ritmo fue lento y constante esta vez todo parecía estar en mi contra, un poco de agua apareció en el camino y la amenaza de lluvia parecía estar lista y hacer de las suyas pero por fortuna solo fue un susto mas.

llegando ya a Versalles y muy cerca de llegar al alto de minas me llevé el ultimo susto de la noche, un perro sale de la nada y se atraviesa en mi camino y esta vez supe reaccionar correctamente y tanto el perro como yo continuamos nuestro camino; fue el ultimo susto de la noche, ya estaba tenso y solo quería llegar a casa el ultimo reto era bajar minas y espera que no hubiera algún reguero de combustible muy común en la zona y que afortunadamente esta vez todo estaba seco, terminé de bajar minas y me recibió la variante que llevaría a casa. Tarde 2 horas y media de pintada a mi casa bastante tiempo pero afortunadamente llegue bien a casa donde mi familia ya se estaba preocupando por mi tardanza. mi amigo llego a su casa también en la madrugada sano y salvo, su moto estuvo lista un par de semanas después pero esta vez no lo pude acompañar.

lo que era un simple viaje de trabajo se convirtió en todo un relato sobre 2 ruedas.


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En camino de convertirme en motero, aventurero soñador y un poco loco, algo friki, curioso por naturaleza, amante de la lluvia, el viento y la carretera.

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