Relatos,  Rodadas

Destino: Villa de Leyva parte 2

Luego de un buen descanso me dí un baño y me alisté para conocer tan magnífico lugar.

La plaza fue mas grande de lo que llegué a imaginar y la arquitectura colonial me permitió viajar al pasado e imaginar aquella plaza llena de soldados dispuestos a luchar por la libertad.

no puede evitar devolverme por la moto, recorrer todo el pueblo y sacar la mayor cantidad de fotos que pudiera; quería capturar estos momentos para toda mi vida.

Tomamos el desayuno y nos devolvimos por la moto montamos maletas, revisé y completé el nivel de aceite. Llevamos la moto hasta la plaza para sacarnos fotos con ella y luego continuar recorriendo cada rincón de éste mágico lugar.

Además del hermoso lugar que teníamos ante nuestros ojos había otro lugar que me inquietaba y no quería descansar hasta llegar hasta él era por supuesto el páramo de Iguaqué. Aquella hermosa montaña que adornaba de fondo este maravilloso paisaje.

Tomé la moto y según las indicaciones del GPS traté de llegar sin ningún éxito, me devolví hasta el pueblo y solicité ayuda en la estación de policía los cuales me dieron un mapa básico con el cual pude guiarme mejor que con el GPS de mi celular.

A medida que avanzaba la carretera dejaba ser pavimentada, mas adelante se convirtió en un pequeño sendero que por supuesto no era para transitar en moto. Fue mas mi terquedad y ganas de llegar que seguí dicho camino hasta llegar a unas cabañas que daban la bienvenida a tan anhelado lugar.

Lamentablemente todo este esfuerzo fue en vano en la entrada del parque me informaron que la última tanta de turistas entró a las 10 de la mañana y ya era medio día, la ruta para llegar hasta allá era una caminata de 6 horas de ida y vuelta, lo único que podían hacer era rentarnos una cabaña para pasar la noche y esperar el primer ascenso del día siguiente.

Al salirse de nuestro presupuesto optamos buscar los pozos azules un lugar también muy famoso en este lugar pero otra vez la mala suerte estuvo con nosotros y de nuevo el GPS hizo de las suyas y nos llevó a un gran terreno baldío.

el hambre hacia ya de las suyas y tanta frustración solo hizo que dejara este lugar y empezara a buscar rumbo a casa y esperando alguna nueva aventura por el camino decidí partir esperando en otra ocasión conocer estos maravillosos lugares.


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En camino de convertirme en motero, aventurero soñador y un poco loco, algo friki, curioso por naturaleza, amante de la lluvia, el viento y la carretera.

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