
Destino: Villa de Leyva parte 1
Un buen fin de semana se pasa volando, lamentablemente el viaje debe continuar y aún falta un nuevo destino por conocer.
A pesar de que nada estaba planeado y no estaba muy seguro de la ruta a seguir; mi impulso de seguir devorando rutas y nuevas aventuras seguía intacto.
Nuevamente calculé mal los tiempos y salí más tarde de lo debido. Tomé la ruta en dirección al norte, según el mapa la mejor ruta era llegar hasta Tunja y de allí llegar hasta Villa de Leyva.
Cerca al embalse del Sisga realice una pequeña parada técnica ya que la moto había perdido fuerza y el ritmo se vió disminuido, me percaté que la moto tenia una fuga de aceite y había perdido algo de aceite. Completé el nivel y aproveche la pequeña pausa para apreciar lo hermoso del paisaje; como ya estaba oscureciendo reanudé la ruta esperando no llegar muy tarde a Tunja.
Sin esperarlo la carretera se oscureció y el frío también empezó a hacer de las suyas. Nuevamente la visibilidad también se hacia compleja pero no había nada mas que seguir conduciendo. En algún lugar de la ruta un perro salió directo hacia la carretera, no se si era por el frío o por el cansancio, pero olvidé todo lo que se debe hacer cuando se te atraviesa un animal en la carretera y traté de frenar pero no alcancé a esquivarlo, le pase por delante y luego de tambalearme un poco, este continuo su rumbo sin salir lastimado y por fortuna nuestra tampoco nos fuimos al piso.
Más adelante vimos que un bus se detuvo a lo lejos a dejar pasajeros e inmediatamente ví que por el frente de nosotros pasó una silueta blanca a alta velocidad pasando la calle de un lado al otro, nuevamente me asusté y traté de frenar pero misteriosamente la silueta había desaparecido y el bus ya iba demasiado lejos. sin saber que fue lo que pasó traté de seguir más atento a la vía aunque el frio y la baja visibilidad me afectaban mi capacidad de concentración.
Pasé muy cerca del puente de Boyacá un sitio histórico bastante representativo del país pero lamentablemente la oscuridad no dejó apreciar de ello.
Por fin llegamos a Tunja, nos demoramos una hora más de lo que había dicho el GPS, ademas del frío el hambre era otro que nos atacaba así que en el primer lugar que vimos paramos para comer; buscamos un buen chocolate caliente con pan para calmar el frio y poder aguantar el resto del camino que faltaba, aprovechamos para confirmar la habitación en el hostal e informar a su vez del retraso que teníamos respecto a la hora de llegada programada.
No pudimos conocer nada mas de Tunja; la carretera nos llevo por un ascenso que nos permitió ver la ciudad desde lo alto llevándonos un bonito recorrido de ella. la carretera de ahí en adelante se tornó muy oscura y llena de curvas que si hubiéramos pasado de día seria un total deleite pero al transitar de noche había que tener mucho cuidado de no salirse de la curva y terminar por un volado o impactar con algún vehículo en dirección contraria.
A mitad del camino dimos con la fortuna de encontrar un carro delate de nosotros, a pesar de ir a un ritmo más lento teníamos mejor visibilidad y así pudimos llegar casi hasta Villa de Leyva. el último tramo ya en plan nos permitió ver como aparecía a lo lejos el letrero que nos daba la bienvenida al pueblo y ahora nuestra tarea era encontrar el hostal que estaba a pocas cuadras del la plaza principal.
Nos comunicamos con la encargada del hostal que nos orientó muy bien para llegar hasta allí dejamos la moto dentro de una carnicería propiedad de ellos y nos condujeron finalmente hasta nuestra habitación, por la hora decidimos que lo mejor era descansar y esperar el día siguiente para conocer este nuevo lugar.
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