Club Discover Medellin,  de pueblo en pueblo,  Relatos,  Rodadas

Destino: El Mar parte2

Aún tenía sueño, la ansiedad no me dejó dormir en toda la noche; así que le pedí a mi amigo que iniciara él como piloto y más adelante cambiaríamos. Nuestra ruta comenzó con un gran reto para todos, debíamos subir por el Alto de Matazanos, una montaña cuya cima se encuentra a unos 2300 m.s.n.m.,tiene muchas curvas cerradas y la carretera comunica el centro del país con el mar Caribe, por donde se movilizan gran cantidad de camiones llevando y trayendo todo tipo de mercancías por el país.

Los retos, además del ascenso de madrugada y la poca visibilidad, era el frío, también las curvas tan cerradas que obligan a los camiones a usar ambas calzadas para tomar la curva, los posibles restos de combustible y aceite que vuelven resbaladizo el piso, hacen que alguien pierda el control del vehículo y terminar en el suelo. Antes de llegar al Alto, había una perdida de la banca, sólo había paso en un solo sentido, por lo cual los vehículos se turnaban para subir o bajar, retrasando la ruta. Por fortuna, planear la salida temprano, coincidió con el poco tráfico de camiones que encontramos durante el ascenso y en el momento del “Pare y Siga”, no perdimos más de 5 minutos, logrando pasar sin mayores dificultades.

Luego de llegar al Alto, pasamos por los municipios de Donmatías, Santa Rosa de Osos, por una carretera angosta, de un solo carril para ambos sentidos y con buenas curvas para tomar; el clima aún seguía frio y lleno de niebla, pues seguíamos sobre montaña. Antes de llegar al municipio de Yarumal, se encuentran los Llanos de Cuivá, una pequeña región del altiplano de Santa Rosa de Osos y que es característico por ser demasiado frío, su altura es de unos 3000 m.s.n.m, la niebla es aún más densa que la que pasamos recién salidos del Alto de Matazanos.

Sin percances, logramos pasar esta región fría y tras un breve descenso, ahora nos acercábamos más al municipio de Yarumal, donde tendríamos un nuevo ascenso al Alto de Ventanas, una vez que llegáramos, comenzaríamos el descenso hacia climas más cálidos, que finalmente nos conducirían a la Costa Atlántica.

Antes de llegar a Yarumal, realizamos una pequeña parada buscando donde desayunar, pero al no encontrar un lugar lo suficientemente grande para todos, acordamos buscar un lugar en el municipio de Valdivia, que se encuentra después de bajar el Alto de Ventanas; bajar Ventanas no fue tampoco fácil, ya la niebla se condensaba y formaba agua, lo cual causaba que nuestros visores se empañaran y el asfalto estuviera mojado, lo que causó que en una curva, la llanta trasera derrapara un poco, nos llevamos un gran susto que afortunadamente, no pasó de ser solo eso.

Como el frío comenzaba a hacer de las suyas, lo mejor que se me ocurrió fue bailar al compás del canto de mi compañero, quien lo hizo para calmar un poco el estrés, así que comencé a mover las manos y un poco el tronco superior para calmar el frio. En algunas ocasiones mi amigo me acompañaba con algunos movimientos, hasta que vimos que los pasajeros de un bus que venía en sentido contrario, se empezaron a reír; lo dejé de hacer porque me dio pena. Más adelante, llegamos a Valdivia y por fin encontramos donde desayunar, estirar las piernas, beber algo caliente, tomar muchas fotos, bromear bastante y hacer un análisis de lo que llevábamos de recorrido y que al parecer, nos había rendido bastante, por lo que decidimos que nuestra siguiente parada sería en el municipio de Caucasia para hidratarnos y almorzar en Planeta Rica, Córdoba.


Descubre más desde Relatos Sobre 2 Ruedas

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

En camino de convertirme en motero, aventurero soñador y un poco loco, algo friki, curioso por naturaleza, amante de la lluvia, el viento y la carretera.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.