Relatos,  Rodadas

De Vuelta a Bogotá.

La vida a veces te da segundas oportunidades; bueno, no exactamente, te da una especie de revancha para que puedas vivir algunas cosas pero la experiencia no es exactamente igual a la primera vez pero si con algunas similitudes. Una semana después del encuentro nacional Discover una oportunidad laboral me permitió volver a la capital en moto 3 años después y bueno también fue una buena oportunidad para poner a prueba a soledad en rutas de alta montaña.

Empaqué una pequeña maleta ya que la intención era solo estar unos cuantos días, lo que no me imaginaba es que me quedaría casi el mes en estas tierras y al igual que la primera vez salí mas tarde de lo presupuestado. Esa fue la primera coincidencia pero esta vez iba solo, no me acompañaba mi hermano.

Tomando la ya conocida autopista Medellín – Bogotá en su primer tramo puede gozar de la versatilidad de mi moto acelerando a fondo en las rectas y deleitándome en las curvas del Santuario hasta Caño Alegre; me fui detrás de una BMW GS que al parecer su dueño recién había comprado porque aun se le dificultaba tomar las curvas por lo cual en algunos tramos lo podía dejarlo atrás, hasta que en un pequeño deslizamiento de tierra nos paró el ritmo y cuando nos dieron el paso no lo volví a ver ya que no fue capaz de pasar el barro tan fácil como yo.

(Ese pequeño deslizamiento unas horas mas tarde de haber pasado se convirtió en toda una avalancha que tuvo la vía cerrada por un par de meses por tal razón fue que me quede mas tiempo de lo presupuestado en la capital, afortunadamente el alud no se me vino encima.)

al llegar a ruta del sol noté que la moto estaba baja de combustible, la anterior moto podía llegar con un tanque hasta la capital, al parecer con ésta llegaré un poco mas de medio camino, así que paré a buscar combustible Premium pero tristemente no había en toda la ruta; la ventaja de ser motero, es que me conozco muy bien la moto y se que lo que tengo me da para unos 100 km antes de quedarme sin gasolina, así que acelero a fondo y a disfrutar de la ruta.

La ruta del sol, es una vía que recorre el país de sur a norte, gran parte del trayecto paralelo al río Magdalena y con unas rectas casi eternas que con el buen calor que se siente en este tramo en algunos casos se torna aburrida y desgastante por lo cual prefiero acelerar a tope, llevándome a alcanzar mi primer y único Top Speed sobre soledad a 140 km/h nada para mal sus 5.000 km de vida.

Pero también mi primer susto sobre ella al perder la trazada a 130 km/h saliendo de una de las pocas curvas que se encuentran en esa vía, olvidando que al ir en una deportiva hay que tumbarse mas en la curva y terminé pasando al otro carril, nada grave solo un pequeño desvío que si hubiera un vehículo en el otro carril o ser carril sencillo tal vez la historia hubiera sido otra, así que de ahí en adelante bajé el ritmo y seguí disfrutando de la ruta. tomé el puente que me lleva al tramo 1 de la ruta del sol que conduce a Guaduas en Cundinamarca.

Unos kilómetros mas adelante vi una estación de gasolina así que en el siguiente retorno tomé el desvió para cargar combustible y seguir la ruta, con tan mala suerte que el próximo retorno estaba 20 kilómetros por lo que perdí mucho tiempo volviendo a estar sobre la ruta, el calor seguía haciendo de las suyas y aun no encontraba donde parar a refrescarme.

Al llegar a Guaduas, otra situación similar se me presentó y fue la cantidad de tráfico pesado que se encontraba allí por lo cual parar allí significaba estar mucho rato detrás de muchos camiones y rodar a la misma velocidad que ellos, ademas un nuevo ingrediente se sumaba en la ruta y era la amenaza de lluvia. No quería parar a ponerme impermeable ya que ésto me retrasaría mas y el piso mojado me obligaría a bajar aun mas el ritmo, así que decidí a correr el riesgo de mojarme, bueno aguantar la poca brisa que caía y que solo empañaba el visor del casco.

Uno a uno los camiones iba rebasando y a veces pasaba 4 a 5 camiones por vez cosa que la vez pasada no podía hacer ya que Martina no tenia la potencia suficiente pasa pasar varios camiones a la vez, esto me permitió ganar algo de tiempo y a su vez estar al margen de la lluvia pero aun no era tiempo de cantar victoria, la noche se acercaba así que la visibilidad bajaba por lo que el ritmo se veía nuevamente reducido.

Llegué así a La Vega Cundinamarca a una hora muy similar a cuando lo hice la primera vez, me detuve a estirar las piernas hidratarme, reportarme con mi familia y avisarle a mi amigo donde me iba a quedar que ya estaba por llegar y aun no tenia la ubicación de su apartamento, aunque también debía tomar la misma decisión de quedarme a pasar la noche allí o continuar la ruta al día siguiente.

Ésta vez preferí continuar, la experiencia y la confianza sobre mi nueva moto me decían que debía continuar y creo que fue una buena elección porque en menos de una hora llegué a la entrada de Bogotá transitando en tramos donde la niebla no dejaba ver mas allá de mis narices pero con una moto que no se ahogaba con el cambio de altura podía tomar curvas a 80 km/h y 100 km/h en las rectas dando así un tiempo de mi casa hasta la entrada de la ciudad de 7 horas para un poco mas de 400 km de recorrido.

Atravesar la ciudad si fue mas lento, nunca había conducido de noche en ésta ciudad y tampoco había atravesado la ciudad por mi cuenta, siempre visitaba a mi amigo usando en trasporte publico y esta vez me tarde una hora en llegar hasta su casa, obviamente el cansancio ya se sentía y lo único que quería era descansar mis rodillas que fueron las que mas se resintieron por la posición de manejo de la moto donde estas quedan muy flexionadas hacia atrás.

Finalmente me vi con mi amigo, deje la moto en un parqueadero cerca a su casa me retire las protecciones y brinde por nuestro reencuentro con una deliciosa cerveza de mi tierra y un trago de cachaza para quitarme un poco el frio, mañana seria un día muy importante así que lo mejor era descansar y mas por semejante ruta que me había pegado.


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En camino de convertirme en motero, aventurero soñador y un poco loco, algo friki, curioso por naturaleza, amante de la lluvia, el viento y la carretera.

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