
De Ruta por el Melcocho, el rio más cristalino de Colombia
La primera vez que vi un video de sus cristalinas aguas, sabia que tenia que ir a conocerlo, pero cuando me di cuenta que había que caminar mas de una hora para llegar allí, me quería devolver, lo malo es que ya había rodado mucho como para devolverme.
El Melcocho es un cristalino río en el Oriente Antioqueño, nace en el municipio del Carmen de Viboral, pasando también por los municipios de Cocorná y finalmente el municipio de San Francisco lugar de nuestra aventura. para llegar hasta allí se sale por el norte del Valle de Aburrá a tomar la autopista Medellín – Bogotá hasta encontrar la entrada a mano derecha del municipio de San Francisco. Nos da unos 90 kilómetros de recorrido o un poco mas de una hora y media.
Al tomar el desvío a la derecha hay un breve ascenso seguido de unas divertidísimas curvas a través de una carretera serpenteante y descendiente, con unos paisajes que te dejan sin aliento. unos minutos mas adelante se llega a Pailania donde almorzamos y se toma ya una carretera destapada que te lleva hasta el Melcocho, no sin antes pagar un pequeño peaje a los habitantes de la zona esto para limitar el exceso de turistas y ayudar a mantener el lugar.


dejamos las motos luego de unos 20 minutos de trocha en una casa con todo nuestro equipo de carretera, ahora solo es llevar el camping, la comida y preparase para una larga caminata, lo bueno es que al ir en compañía de buenos amigos, entre risas y bromas el viaje se hace mas llevadero aunque el cansancio hace de las suyas y la dificultad del terreno que es bastante estrecho y a duras penas pasa uno que otro caballo que lleva las provisiones a los que viven en aquel lugar.

Los últimos metros de la caminata son los mas difíciles porque es un empinado descenso y hay que tener cuidado de no caer, pero al oír el ruido del rio que se acerca solo quieres apresurar el paso y contemplar de él; antes de llegar, hay una pequeña cabaña que ofrece servicio de hospedaje pero también comida, es el ultimo lugar donde puedes comprar algunas provisiones antes de llegar a nuestro destino final, una zona de camping unos 500 metros mas adelante.
Descansamos de la caminata y procedemos entonces a levantar el campamento, es algo tarde por lo que debemos apresurarnos; aun así nos da tiempo de meternos al rio. Ya de noche pero con unas linternas nos hicimos de un pequeño espacio que parecía una piscina natural, allí nos refrescamos un poco bromeamos y nos divertimos hasta el hambre hizo de las suyas y debimos volver a organizar un asado para la comida, el cansancio fue tal que nos dormimos algo temprano.





Al otro día tomamos el desayuno y salimos a explorar el lugar, los lugareños nos recomendaron un lugar llamado Puente Azul, a una media hora de caminata, así que fuimos a ver este lugar pero luego de una hora de caminada nos dimos cuenta que estábamos perdidos al preguntarle a unas personas que pasaban cerca y nos dijeron que había un puente mas adelante pero no era de color Azul. Fuimos hasta allí y era un puente amarillo, pequeño pero con aguas refrescantes que nos permitió refrescarnos de la caminada y emprender el regreso.
A medio camino uno de los chicos recordó algo de las instrucciones y se decidió en aventurarse otro poco mas y con otro grupo de personas encontró el famoso Puente Azul, los demás ya desanimados nos regresamos al campamento para almorzar y después de eso visitar el Puente Amarillo famoso por sus fotos y videos de sus cristalinas aguas.
Llegar allí fue menos de 5 minutos caminando y el paisaje te deja boquiabierto, el agua refleja los árboles dándole un tono verdoso pero si te acercas bien puedes ver el fondo como el de una piscina, sus corriente es muy leve y sus profundidad es moderada aunque cerca el puente puede llegar a ser de unos 3 metros ideales para saltar desde allí, y claro ya entrado en gastos no podía irme sin saltar de aquel puente, aunque con algo de miedo al principio debido a la altura, al final se volvió todo un juego y salté como unas 5 veces mas.
también pudimos ver los peces que se veían pasar como si nada a nuestro lado, ver como algunos saltaban haciendo acrobacias y dando todo un espectáculo. Pero como todo lo bueno no dura, es momento de regresar, ahora la caminata es larga estamos cansados y el descenso ahora es toda una gran cuesta que debemos escalar, pero lo mejor antes de regresar fue ver un montón de mariposas amarillas que estaban justo a mitad del camino, se sentía todo ese realismo mágico de García Marquez fue toda una gran despedida.
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